sábado, 2 de febrero de 2013

Un hasta pronto...

Sé que tienes que irte, cada quien arma su propio destino y no seré yo quien impida que alcances el tuyo...

Vas a regresar, eventualmente lo harás... Yo no estaré en mi ventana esperando tu llegada; a lo mejor mi corazón estará retumbando por alguien más; con seguridad las cartas estarán guardadas en algún cajón; el abrazo no será el mismo; los ojos no brillarán... Claro que me dará alegría verte, pero especialmente en ese momento, ten presente que nada será igual...

Cuando te estés yendo no mires hacia atrás, adelante hay mucho que aprender... Pronto descubrirás lo que hoy necesitabas, y cuando esté enfrente, probablemente en forma de persona, comprenderás la felicidad de la que tanto te hablé...

Claro que sé que tienes que irte; dame el último beso y adelante... Si el amor es libertad, aquí está mi mayor prueba, y cuando entiendas esto, sabrás la magnitud de lo que dejas atrás, pero insisto: sé que tienes que irte...

Detesto la idea de decir adiós, pero más detesto la idea de que te quedes... Toma el equipaje que dejaste aquí y camina... No le pongas mucho corazón a esta despedida, este es un paso firme hacia la tranquilidad; lo que hoy no entiendes, mañana estará claro como el agua, confía en mí...

No dudes si algún día soy tu primer pensamiento en la mañana, esas cosas pasan; no hagas caso si sientes un vacío cualquier tarde de estas, es solo mi recuerdo rondando; no dejes de ir a los lugares que frecuentábamos, recuerda lo mucho que te gustan, y sobre todo, no le des trascendencia al susto de encontrarme por ahí en cualquier calle, cuando doble la esquina dejarás de verme y todo seguirá igual...

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