sábado, 20 de julio de 2013

Estas palabras...

Dejaré que mis palabras hablen por mí, ya que mis hechos no pudieron convencerte de lo mucho que me duele haberle entregado al enemigo este amor, que por mucho ha sido lo mejor que le ha pasado a mi vida...

Estas palabras que hoy te entrego no son una desesperada forma de pedir tu perdón, sé que no lo tengo y probablemente no lo tendré... Te regalo mi último aliento, este que emite un pobre y mediocre sonido que dice lo que hoy te cuesta creer...

Ahora me pregunto qué hago con este amor que me quedó en el pecho... Mi error no lo escondió, no lo eliminó; con un ligero descaro te digo que mi equivocación me hizo amarte más... ¿Ya entiendes lo trágico?

Este amor que me dejaste encerrado con llave es el precio que tengo que pagar por haberte arriesgado, por haberte perdido... Estas palabras retumban en el amor que tatuaste en las paredes de este traicionero corazón...

No creo poder encontrar la redención, pero si algún día sientes que puedes sacarme de la agonía de la culpa, hazlo por favor...