jueves, 31 de enero de 2013

Mi última confesión...

Después de haberme recorrido por dentro y por fuera; de haberte instalado por varios días en mi emoción y de haberme confundido al punto de la melancolía; hoy puedo decir que te paseas más por mi cabeza que por mi corazón...

Si he reconocer, pienso constantemente en ti: en los pocos recuerdos construidos, en algunas de las ideas que alcanzaron a tocar los sueños, en la vida sin nosotros... Lo efímero del sentimiento pelea con las ganas que se quedaron en el papel, porque ni el aire tocaron...

Te memoricé, te anhelé, intenté y por último, sin mayor remedio alguno, me rendí... ¿Cobardía o coraje? Creo que la respuesta no sirve de nada cuando miramos para atrás y vemos lo que dejamos, nada...

Con la misma calma que me fui acercando, con la misma calma me iré alejando; esta es la vida; así son las cosas; efectos de las decisiones propias y ajenas; consecuencias del miedo, de la anticipación, de esperar demasiado, de haber equivocado el camino...

Justo ahora puedes tener claro, que aunque la historia no se escribió, siempre existirás "en la memoria"... Esta es mi última confesión, antes de dar media vuelta...

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