miércoles, 26 de febrero de 2014

Solo la verdad...

Las palabras más tristes llegan en los momentos más inoportunos... Te extraño, es la verdad y solo la verdad...

Siento una nostalgia en el pecho que le dice a mi corazón que le haga espacio, porque ella piensa crecer y acomodarse...

Las lágrimas ya no demuestran nada, las palabras que logro unir son solo mentiras que me digo... Ya nada es igual, ya no estás...

Le tengo pánico a olvidarte, de solo pensarlo las luces se apagan y en la oscuridad solo puedo imaginarte a mi lado, en la aridez que dejaste cuando te fuiste...

El dolor es insoportable, ni siquiera puedo arrancarme el alma porque sin ella me dejaste... Vacío, solo me atrevo a escribir esta verdad, esperando que las letras no permitan que desaparezcas...

domingo, 23 de febrero de 2014

Cita a ciegas. Parte II.

(...) Las palabras saltaron a tus oídos como las notas de una melodía compuesta por las ganas descaradas que nos teníamos...

Salimos de ese bar con la urgencia entre nuestras piernas y con la necesidad de tocarnos hasta el último lugar del cuerpo, como si de ese contacto dependiera nuestras vidas... 

El tiempo fue cómplice al hacer que los minutos corrieran más rápido de lo normal. Una vez en casa te tomé en mis brazos, con la suficiente fuerza para que entendieras lo que estaba a punto de suceder...

Nos lanzamos al sofá y sin que pudiéramos percatarnos nuestra ropa yacía en el suelo, junto con la decencia y el pudor... Mis labios te recorrieron instalando besos ondeantes en cada estación conquistada... Tus pequeños gemidos eran la recompensa que esperaba por intentar tocarte como nunca nadie lo había hecho...

Los dientes oprimían la piel, mientras mi cuerpo establecía el ritmo de la canción que se tocaría esa noche, no había un mañana, solo existían un sofá, dos cuerpos y la intención de nunca parar... 

Un golpe certero de mi mano fue a parar en tu cadera derecha y casi automáticamente recibí tu respuesta en mi mejilla... Nuestros ojos ansiosos y lascivos intercambiaron miradas de disculpas y nos dejamos llevar una vez más por el momento...

Sentía tu emoción con cada decisión tomada correctamente sobre tu cuerpo, tu cara me confirmaba que esta noche no saldría fácilmente de tu memoria... El resto fue historia, de las buenas, de las que se repiten...

Ninguna palabra fue dicha, no podríamos decir que el silencio fue protagonista, ni mucho menos, pero sí podríamos afirmar que esta cita, de ciega, no tuvo nada...