sábado, 31 de marzo de 2012

Vuelve...

No hay suficiente papel, suficiente tinta, suficiente fuerza... Tratando de definir mi sentimiento exacto no logro más que llegar a la misma conclusión: te extraño.

Aún veo como cercano el día que te fuiste, pero siento que han pasado años... Mi cotidianidad carece de sentido cuando no te tengo cerca, cuando mis días no se ven pintados con el intenso color que tu sonrisa le imprimen. 

Vuelve para recordar que los mejores abrazos son los que se dan con el alma; que las caricias con amor pueden aliviar el espíritu cansado; que la risa es la mejor enemiga del dolor... 

Eres la más clara materialización del amor, de la plenitud, de la grandeza. Tu existencia lo vuelve todo más claro, más sereno... La felicidad encuentra eco cuando te siente cerca y yo no puedo más que agradecer que un día de mi pasado hayas tocado mi puerta. 

Vuelve pronto para iluminar mis días, vuelve pronto para ser feliz...

jueves, 22 de marzo de 2012

Una nueva batalla...

Me aceleras el corazón y muy tranquilamente pasas cerca, con tu sonrisa constante y tus palabras escasas.

Me gusta el vacío que siento cuando me miras, cuando te siento cerca... Amo la sensación que generas en mí... No tienes ni idea...

Van pasando los días y la cotidianidad va sumando matices cada vez más encantadores y difíciles de descifrar. Corazón y razón se enlistan de nuevo para la librar la batalla de la decisión, del argumento, del sentimiento, de la confusión, de las palabras dichas y de las que se mueren por salir...

Pasos lentos y firmes hacia el esquivo destino que nos trajo hasta acá, sin darle la espalda a esta historia que apenas da sus primeras líneas... Anhelo...

Percibo tus prudentes y sinceras demostraciones, con las ganas propias de quien quiere derrotar el miedo y desatar todo lo que hay por dentro, no hay una mejor forma de vivir...

Espero solo una señal para saber que estarás y que este camino no será transitado con la compañía silenciosa de una sombra, que ve en sus pasos la amenaza más clara de la soledad...

viernes, 2 de marzo de 2012

Del pasado...

¿Por qué no te vas? Tu eterna pretensión de perseguirme me aburre, me aturde, me asfixia. Inevitablemente sacaste a la luz mis alcances, probaste mis límites y me hiciste sucumbir ante las decisiones erradas, hirientes, infortunadas...

Aún no sé si te llamas pasado, deseo o decisión... Reconozco que existes y aún no sé qué sigues haciendo en mi mente. ¡Qué poder tienes para arrugarme el corazón!, para aminorar mi esperanza, para traer a mi mente recuerdos que trato de bloquear, con intermitente éxito...

No entiendo la tortura de tus imágenes en mí, las lágrimas derramadas años atrás siguen protagonizando mis recuerdos y ahora ni el perdón funciona para calmar mi culpa... Soy bastante humano y si he de reconocer que erré, lo haré, pero con la condición de poder dejarte atrás, como el humo que se aleja de la caperuza en una borrasca de viento...

Muchas veces pienso que ya estás más lejos de lo que podría pensar, y que todo este círculo representa la eterna presión que pongo sobre mis hombros, como si no fuera suficiente reconocer que la reacción a mi decisión fue el dolor... 

En toda esta situación el arrepentimiento sería retórico, tu inquisitiva mirada innecesaria y las lágrimas un simple desperdicio. Lo sé, fui el malo, hice daño, traicioné el amor, y ahora ¿qué más puedo hacer?