domingo, 17 de febrero de 2013

Despertar...

Esto sí que es despertar... Sentirte cerca, saber que el único sonido que importa en este momento es el de tu respiración... Siento tu cadencia perfecta, tus movimientos imperceptibles, la sonrisa oculta tras el sueño profundo...

Mi brazo izquierdo por debajo de tu cuello, mientras el derecho rodea tu cuerpo en un abrazo perfecto que quiero que nunca acabe, esto sí que es despertar... Peleo contra mis ojos, no quiero que se cierren de nuevo, no quiero dejar de sentir esta felicidad tan plena que me genera la limítrofe situación de nuestros cuerpos...

Despertar así me devuelve la confianza en el cómplice amor, ese tan esquivo pero tan presente; tan anhelado y a la vez tan reticente... Ese amor que hoy está tocando las puertas de nuestras vidas, ese amor que hoy nos saluda...

Un giro y ya siento tu respiración mezclándose con la mía, el corazón da un brinco acelerado y viéndote lo confirmo todo: ¡llegaste! 

Ser testigo de la apertura de tus ojos, la primera sonrisa del día y el "buenos días", fue el sello perfecto para este maravilloso despertar...

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