lunes, 10 de marzo de 2014

De visita...

La tristeza siempre llega sin anunciarse, ella simplemente va entrando y lo va tornando todo más gris, más silencioso, como si de a poquitos te fuera durmiendo...

Esta tristeza ya es vieja amiga, me conoce más que a nadie y tiene uno de los poderes más grandes, me hace rendir...

En su visita de hoy trajo las lágrimas que se había llevado la última vez; a ella la acompañaron la impotencia y la rabia y juntas hicieron una fiesta, con derroche de pensamientos y muecas de melancolía...

Esta noche habitará en mí, no tiene a dónde ir y a decir verdad, me haría bien su compañía... 

lunes, 3 de marzo de 2014

Globos morados...

Por: Sara Isabel del Portillo.

Yo sé que el tiempo no lo puedo devolver, pero si cierro los ojos puedo verte sonreír y brillar, eso es lo mejor que sabes hacer: brillar para el mundo y por supuesto para mí.

Y, ¿qué podría decirte? Si me conociste más que nadie, te mostré mis miedos, mis sueños y mis deseos. Hoy puedo sentirte aquí acariciándome el cabello mientras me cuentas los cuentos que solo son para mí.

Mientras me "devuelvo en el tiempo" con los ojos cerrados, te puedo contar que quería un viaje a Italia contigo, y que me contaras trescientos cincuenta mil cuentos más. Quería que te gustara cada vez más mi vestido negro favorito y que pudiera sorprendente cada día con un abrazo.

Quería darte mis diseños favoritos, un poco de aquello y más de eso; hablar por horas y leer juntos; dormir los dos, de vez en cuando para que no se acabara la magia. Quería que fueras parte de mí como la nicotina, seguro así yo dejaría de fumar. Quería desnudarme en tu alma, sonreír sobre tu espalda y romper con besos los silencios. Nunca esperarte, pero revivir con tu llegada.

Quería un presente con miras al futuro y despojos del pasado, tres mil sonrisas para los días de mierda y globos morados para los días felices. Pero sobre todas las cosas, te quería a ti.

Ahora que no estás, duermo en la tarde, compro amores y colecciono algunas cicatrices. Solo sé que con tu partida te llevaste hasta la última mariposa en mi estómago y dejaste un hueco insaciable y doloroso. También me quedé sin electricidad para compartir cuando tengo al lado alguien que me gusta... la chispa se acabó, o no sé si también te la robaste.

En este escrito está lo que un día fui, y lo que en realidad soy, ahora solo me queda esta soledad y ya no sé en dónde carajos ponerla. Hoy solo puedo darme las tres mil sonrisas, porque sé que no será un día con globos morados.

@zarigueya27