Vivo en un mundo creado especialmente para mí... Con mis ángeles y demonios; con mis lágrimas y sonrisas; con mi propio dolor y mi anhelada felicidad...
En mi mundo prefiero llenar los pulmones de aire, así se haya paseado alimentando de sueños a otros mundos... No esperes en ningún momento que mi mundo sea el tuyo, llevo muchos años tratando de crearlo, con minucioso detalle, para que sea único, intocable, y sobre todo, mío...
Mi mundo es un cuerpo sagrado y profanado; un alma blanca con manchas negras; un corazón sangrante por donde se mire... Ante tanto dolor, de las cenizas de mi mundo surge la pasión, la fuerza, la entereza... La perspectiva, el piso del lugar; el cielo techado de estrellas, el límite... La voluntad; el amor, o mejor dicho la búsqueda de él... Todo esto también hace parte de mi mundo...
En mi mundo el silencio es un privilegio que comparto con pocos y es uno de los mayores aciertos de este espacio que he creado para ser feliz... No trates de entender, no trates de definir, no trates de cambiar... Intentar comprender es el olvido asegurado; aceptar y amar, el mapa más claro...
Este lugar que he ideado lo he protegido de quienes han querido entrar, con o sin permiso... Unas fuertes barreras se han interpuesto entre lo mundano y esto que pretendo ser... Entrar puede significar ver lo claro y lo oscuro; la tormenta y la calma... Entrar es un riesgo, como todo en la vida... Entrar puede ser querer volver a salir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario