martes, 29 de enero de 2013

Tu corazón...

Ojalá yo fuera sangre para poder acceder sin restricciones a tu corazón y descifrar qué pasa por él cuando me miras... Mis minutos transcurren lentamente tratando de idear mil formas de llegar a tu corazón, recorrerlo y decirle que todo estará bien... Ya una vez lo intenté, pero él no me escuchó...

Habla con tu corazón y dile que lo voy a visitar para contarle un par de verdades; pídele que esté tranquilo para que pueda escucharme; dile al cerebro que puede tomarse el día libre, lo que tengo que decirle a tu corazón, es probablemente lo más importante que le hayan dicho en su vida...

De camino a esa importante cita tengo claro que tendré que derribar algunas barreras; mi propuesta es hacerlo juntos; no importa si nos demoramos un poco más... Tu corazón deberá estar preparado para emprender esta travesía y es ahí donde mis ganas solo se quedan en eso, ganas: no puedo hacerlo sin un poco de tu ayuda...

Dile a tu corazón que no hay frustración más grande que la de mirar para atrás y no haberse dado el permiso de sentir, de vivir, de amar...

Sé que hay miedo, pero también sé que en esta vida no hay mucho tiempo, el camino de la felicidad es largo, impredecible y de ninguna manera fácil...

1 comentario:

  1. Dejar el miedo y darse cuenta de que es posible... el resto de cosas buenas vendrán sin problema.

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