La dilatación de las pupilas es tal, que por los ojos entra la adrenalina en forma de luz para convertirse en el enceguecedor brillo del alma, ese que deja estela al pasar...
Eres mi ilusión en cada pliegue de piel que se forma en tu cara cuando me regalas esa sonrisa que siempre soñé...
Mi mente ruega por no acabar este sueño que hoy se hace realidad, mi corazón solo bombea en un vaivén de confusión... Es real, lo eres... ¿Cuántas veces mi mente pensó en ti? ¿Cuántas veces logré acercarme en sueños a donde estabas? ¿Cuántas veces desperté sin al menos tocarte?
Sin darme cuenta, cuerpo, mente y corazón conspiran en mí para recrear todas las escenas vividas hasta ayer: te llamé palabra a palabra, lágrima a lágrima, oración tras oración... Esperé pacientemente el regalo de poder abrazarte... Mi desconsuelo amenazó con ser más que mi esperanza, y aún así, seguí esperando...
Mis letras reflejaron lo agridulce de la situación... Trataba de descifrar el mapa que me llevaría a ti; la tristeza y el anhelo acaparaban todo lo mundano, y en el proceso, traté de equivocarme de todas las formas posibles... Sangre, sudor y lágrimas, se unieron al dolor, en el concierto de la agonía de la soledad...
Ahora estás aquí, a mi lado, y entiendo que todo esto era el precio que tenía que pagar por esta, la oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario