Amor eterno...

Un espacio en blanco, es lo único que necesito para dejar volar lo que guardo en la mente y el corazón, esos dos órganos tan mencionados en todo lo que escribo...

No creo mucho en la perfección de las relaciones de pareja; creo en la perfección del amor, que es otra cosa muy diferente. Creo firmemente, después de muchos años y estrellones, en la construcción del amor que se anhela, creo en las caídas y en las superaciones, creo en la pelea y la reconciliación, en las lágrimas y las sonrisas y sobre todo, triste o afortunadamente, creo que las relaciones llegan a su fin... Soy demasiado mortal para creer en esto del "amor eterno".

Algunos no estarán de acuerdo conmigo, por múltiples razones: el ejemplo de sus padres, sus propios anhelos y convicciones o la película romántica que se vieron ayer, yo, por mi parte, solo puedo pensar en un amor vivido en el ya... El futuro es un sueño que se vive en el presente, de lo contrario sería una idea y no una realidad... No sé ustedes, pero yo sí quiero que mi sueño quede en la realidad, ¿en mi mente para qué?

Por esto mismo para mí la eternidad del amor comienza hoy y termina hoy, ¿de qué otra forma podemos dar nuestro máximo para el otro? ¿Acaso no es pensando en que hoy estamos y mañana quién sabe?

Usted podrá leerme y notar miles de contradicciones entre lo que estoy diciendo hoy y algunos de mis empedernidos y románticos escritos en donde, la mayoría de las veces, le hablo a una persona que no existe y le imploro que aparezca para que podamos vivir, soñar juntos y ser felices por siempre... Yo ahora les digo que el ser humano está lleno de contradicciones y que claramente yo he demostrado a lo largo de mis días que soy más humano que cualquiera... Por eso la coherencia es un sueño para muchos y un reto del día a día para otros...

Las flores se marchitan, las palabras se van, los escritos se queman, las argollas se pierden y tristemente, en algunos casos, el amor se acaba... Pero ahí, justo en ese momento, en donde el amor ya no es suficiente, la oportunidad de haber amado reemplaza el pasajero dolor de haber perdido...

Y fiel a la contradicción, ¿cuándo llegará mi amor eterno?