domingo, 9 de septiembre de 2018

12:52

El frío ya se sentía en las manos y el calor en la cara. El pecho palpitaba más que de costumbre y el momento del encuentro se hacía cada vez más inminente. La emoción de conocerse era más fuerte, sin embargo el anonimato de la pantalla siempre ofreció comodidad, pero nunca certezas...

La decisión ya estaba tomada y sin duda alguna el sueño se había puesto en juego, la realidad podría lacerarlo con su implacable presencia y todo habría quedado en largas horas de anhelos...

Las 12:52 se acercaban sin demora, la ansiedad de una mirada real y de un abrazo ya bastante soñado, amenazaba con quebrantar la poca mesura que quedaba en el momento. Ambos lo sentían...

Nunca pensaron en el riesgo de la corporalidad, nunca creyeron que materializar podría ser sinónimo de destruir, nunca fue una posibilidad...

El reloj parecía más cómplice que enemigo y conforme llegaban sus minutos, la virtualidad comenzaba a desaparecer y la realidad a tomar forma... Sus ojos atravesaron el lugar, la comisura de los labios se contrajo y los pómulos subieron... Era real, eran reales...

El abrazo terminó de comprobar lo que el teclado una y otra vez había insinuado, en ese momento todo fue silencio, todo fue alegría... Eran felices, o al menos eso creían, lo que no sabían es que precisamente ese momento fue el principio y el fin... Después de esa noche no volverían a verse, porque así es la vida, porque así son las cosas, porque lo perfecto no existe...

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