La respiración entrecortada me recordaba que el momento del dolor era ese, que no podía ignorarlo, que tenía que vivirlo ansiando una tregua que no se daría...
El vacío en el pecho, ese vacío; el maldito raudal de pensamientos... El cuerpo inerte, como lento, muerto... Muerta el alma, muertas las ganas de seguir sintiendo...
El dolor es amigo del amor, no conoce la razón, no la entiende, no la escucha, simplemente no le interesa...
Una lágrima parecía insuficiente, te lloré 3.000 veces; nunca lo voy a olvidar...
Sebastian, solo quiero darte las gracias .. hiciste mi fin de semana, fuiste mi compañía a través de estas hermosas letras :)
ResponderEliminarMe alegra que incluso en la tristeza haya podido acompañarte... Saludos!
EliminarGracias por responder.. Créeme leí todo tu blog y solo puedo decir que por todo lo que escribes no pareces de este mundo ! sobre todo por la forma como hablas de tu mamá .. ya quisiera uno rodearse de personas como tu :) saludos !
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