viernes, 2 de noviembre de 2012

Dulce paradoja...

El alma rota, la voz quebrada, el corazón partido... Qué jugadas nos hace el malentendido amor, qué caminos tortuosos nos hace recorrer para poder encontrarlo, y mientras esto sucede los pedazos van cayendo a nuestro alrededor sin poder evitarlo. 

Qué ilusos al pensar que entendemos su grandeza, qué errados estamos al pretender actuar en nombre de él, cuando lo que hacemos es darle nuestro más simple y personal significado y aún así nos seguimos quebrando en mil partes, cada una con su respectiva lágrima...

En este largo camino de pedazos regados y pasos dados, solo podemos entregarnos al presente como si fuera lo único y al amor como la dulce paradoja que encierra los más incomprensibles secretos...

Total, hay que saberse quebrar para formar con los pedazos algo incluso más maravilloso. 

1 comentario: