martes, 24 de enero de 2012

Pedazos...

Y sin más, todos los pedazos fueron cayendo poco a poco en el momento más triste, con el cielo más nublado, con la tristeza más profunda... En ese momento, todos mis intentos de preparación quedaron sin sentido, todo se oscureció cuando el presentimiento fue más grande que la ilusión...

Las lágrimas no necesitaron más presencia para incrementar la nostalgia; traté de disfrutar con ánimo masoquista tus últimos abrazos, tus últimas miradas, tus últimas palabras... Mientras que el reloj corría, yo trataba de imaginarme el lugar que ocuparías en mi vida, aún lo hago...

Compartimos nuestros últimos silencios, con ellos nuestras miradas nos decían adiós... La confusión y la intranquilidad se hicieron presentes en esta despedida... Tu cuerpo emprendió una lucha intensa con tus palabras, nunca llegaron a entenderse: te fuiste y en consecuencia, me dejaste ir...

Tu abrazo final, con la incoherencia de quien no quiere dejar ir, con la tristeza de saber que se nos cayó la historia, y con ella, los pedazos del corazón...

No hay comentarios:

Publicar un comentario