domingo, 15 de diciembre de 2013

La tristeza...

La tristeza nunca avisa. Ella va apareciendo como una dama de esas antiguas, que sabe que tiene el control, que te mira por el encima del hombro, altiva... Aunque enigmática, uno siempre sabe qué esperar cuando hace su arribo...

Ella no te protege mientras acaba contigo, no te reconforta después de cada golpe; ella solo te mira con mueca neutra mientras tú lloras y ejerce con delicada clase el papel que le ha sido encomendado: sumirte...

La tristeza no tiene sentimientos, ella solo es... Ella no da tregua, no se compadece, no te da tiempo de reaccionar, solo basta que le dejes ver la primera lágrima para dotarla de un poder que desencadena un raudal... 

Si algún día de cielo gris la ves, no trates de huir, ella te alcanzará... La tristeza te conoce muy bien, sabe cómo piensas, cómo sientes, cómo te engañas cuando dices estar bien... Esa dama de mirada serena está aquí para recordarte que estás vivo, y mientras eso suceda, ella estará cerca...

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